domingo, 30 de diciembre de 2012

CARTA ADIÓS.


 

 

Si uno abre el diccionario y busca el significado de la palabra “envidia”  va a encontrarse con las siguientes definiciones:
 
·  Sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer lo que tiene otro.
·  Tristeza o pesar del bien ajeno, deseo de algo que no se posee.
 
También, aunque no lo especifica ningún diccionario, la envidia es uno de los pecados capitales. 
A pesar de no venir de una familia religiosa pasé toda mi infancia y mi adolescencia en escuelas católicas. Me recuerdo con mi peinado relamido y mi uniforme de los lunes.
La clase de teología era la única que duraba 2 horas, con un receso de 10 minutos. Se paraba frente a nosotros un religioso con la voz mas lenta y aburrida que pudiera existir. Nos hablaba de los 10 mandamientos, del cielo, del infierno, de la creación. Entonces yo hacía mil preguntas, como lo hace cualquier niño a esa edad.
 
- Le tomó a Dios una semana crear el mundo y todo lo que hay en ella.
- ¿Todo?
-  Si todo.
-  ¿Animales, plantas, agua, tierra?
-   Si, todo eso.
- ¿Cómo le hizo?
- Lo pensó y listo.
- ¿Pensar cansa? ¿Nadie le ayudó?
- No, antes del mundo y del universo sólo estaba Dios. No había nadie que le ayudara.
- ¿Las manzanas las creó Dios también?
-  Ajá, también las creó Dios.
-  ¿También las arañas?
-  ¡Todo! Absolutamente todo. Dios es el creador de todo lo que hay, punto.
 
Recuerdo haberme quedado pensando días y días sobre todo lo que me decían en esa clase. Dios es el creador de todo lo que hay en el mundo. Entonces, con la mentalidad de niño de 6 años, deducía que Dios también había creado todo lo malo que existe, incluidos los pecados y entre ellos el de la envidia.
Nunca vi que existiera un “Lamborghini Dios” o unos “Doritos Padre Celestial”. Los fabricantes italianos de autos de lujo se habían olvidado de él, también los niños de 6 años adictos a los Doritos  lo habíamos hecho.
Los canales de TV por cable que hablan de Dios eran los últimos en la lista, algunos hasta los borrábamos para evitar pasar por ellos cuando estábamos zappeando. En cambio el raiting se disparaba en los canales para adultos, las noches de Golden Choice y cualquier tipo de programación que incitara al pecado.
Todos mis amigos y yo esperábamos un año entero para que llegara el concurso de decoración de calabazas en Halloween. Disfrutábamos tanto disfrazarnos de la manera mas diabólica y sangrienta posible. A pesar de ser una escuela católica nunca supe de algún concurso de decoración de niños Dios en navidad o algo así.
Al salir a la calle era bastante común ver a los chavos con la cara del diablo en sus playeras. El diablo era cool, Dios no. Playeras del TRI con la Virgen María, playeras con una happy face, con el grupo de rock de moda, pero nunca vi una playera con la imagen de Dios. Jamás supe si Dios tenía cara.
Pasaba horas intentando digerir el hecho de por qué Dios inventaría algo tan malo como la envidia. A lo mejor la creó sin saber que mas adelante iba a sentirla él mismo. Seguro, obvio, más claro que el agua. Dios le tiene envidia al diablo.

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