lunes, 26 de enero de 2015


 

25 de abril de 2014, Plaza de Fundadores.

 
Ha pasado exactamente una década desde el lanzamiento de aquél experimento llamado “Tocar el Cielo”. La banda cumple 10 años de vida, mismos en los que se ha estirado y aflojado, ha mutado, evolucionado... explorado.
En la tarima Nicotina se encarga de abrir la noche, en el backstage Dellag Duffers se prepara para subir y dejar el escenario listo para que se cristalice el trabajo de años.
La Plaza comienza a nutrirse de cabezas de todos tipos, algunas bastante familiares, de esas que vienen acompañando la peregrinación desde los años de Karma/Naguales. Otras muy nuevas, de edad que generacionalmente se antoja imposible que puedan identificarse con el sonido de la banda.
Uno a uno van cubriendo la explanada, desde el escenario la lluvia no permite distinguir la última hilera de personas que queda al fondo. La banda atraviesa por una muda de piel más. Marco Pérez justo acaba de colgarse el bajo y se integra definitivamente al equipo. Por ahora sólo acompaña a David y a Daniel, es la primera vez que el grupo se encarna en un trío.
Llega el momento de subir, se apagan las luces y por primera vez el material de “De Vida o Muerte” llega en directo a los oídos del público. La banda, siendo fiel a su naturaleza de taller creativo abierto, se apoya en Tonio Ruíz, Sergio Aguilar, Fer Charó, Gus Santana, Daniel Villareal, David Rojero y Patrick Dibildox.
Se cierra un ciclo, fueron años de planeación y lluvias de ideas, de búsqueda y de preparar el terreno para llegar a este momento. Quedan nublados en la memoria los lejanos 90’s de aquellos míticos Naguales que pisaron Europa y que al paso de los años trazaron el camino para que David Juárez comenzara con la historia, que aún se escribe día a día, de este proyecto que se llama Los Shamanes.
Todas las luces apagadas, la percusión hipnótica de “Ollín” rebota en las paredes de los edificios que rodean la Plaza. La oscuridad es interrumpida parcialmente por algunas pantallas de celulares encendidas y flashes  intermitentes. Es un minuto de plastilina, se estira y parece durar una eternidad.
La guitarra de Fernando Charó cercena el silencio y “Despierto y Sediento” llega por primera vez  a oídos de los que tal vez no habían nacido aún cuando “Tocar el Cielo”, álbum debut de Shamanes, fue grabado.
Fue en 2003 cuando David Juárez decide tomar un nuevo camino, después de pertenecer a Naguales, proyecto que abrió muchas puertas para las próximas generaciones de bandas de rock.  Se lanza el primer material discográfico de Shamanes bajo la producción de Abraham Juárez, hermano de David y baterista de Naguales. Colabora él mismo grabando las baterías, percusiones y armónica en el disco.
La lista de colaboradores que plasmaron su música en la grabación del primer disco es enorme. Emmerson y Ram Irurzo, Hugo Noyola, Martín Tejeda, Geras Miramontes y Fer Charó, el mismo que una década más tarde está plantado en el escenario a cargo de la guitarra.
Una vez más la lluvia comienza a caer sobre la gente que espera escuchar el nuevo material de la banda. Llega el turno en el setlist de “Con Este Miedo de Mi”, canción que por fin ve la luz después de estar en el cajón durante años. Se trata de un tema cuya letra trabajó David Juárez, y no fue hasta el 2011, con Aarón Robledo en la guitarra, Juan Yáñez en el bajo y Daniel Tristán en la batería,  que se concretó la idea musical. Sube Toy, de Agente 33, al escenario y acompaña a Shamanes con el rap que levanta la mano y se perfila como himno de aquellos que son señalados por la sociedad.
Para cuando comienzan las primeras notas de “Cicatrices” es cada vez más el número de escuchas frente al escenario. Probablemente sea el tema más emblemático del grupo, mismo que fue tocado en vivo por primera vez en el 2004, teniendo como alineación a los Cossío. Meses más tarde nuevos músicos encarnarían a Shamanes. Gerardo Sánchez, Beto Báez e Isaac, quién sería remplazado por Juan Viveros en el 2005. “Cicatrices” vibra al unísono en las gargantas del público. Fer Charó enciende un cigarro más para ceder la guitarra a Gus Santana, ex guitarrista de Ángeles del Infierno y 3er Acto, productor también del nuevo disco de Shamanes. Daniel Tristán cede la batería a Lalo Carrillo de Ágora.
En el camino se conoce a los amigos. Han sido muchos kilómetros recorridos, días de ir y venir. Parece muy lejano el año 2012, mismo en que se lanzó el homenaje al rock mexicano “Por Los Buenos Tiempos”, material que cruzó los caminos de Gus Santana con David Juárez al grabar “Dímelo”, tema original de la banda Isis. Esta mancuerna desembocó en la producción de “De Vida o Muerte”.
Lalo choca las baquetas para marcar el tiempo del tema homónimo del disco y las luces penetran las pupilas de los que agitan sus puños en el aire. La primera vez que “De Vida o Muerte” fue tocada en vivo fue en el 2011, durante la presentación de Shamanes junto a Mago de Oz en la Plaza de Toros Fermín Rivera. La guitarra de Gus Santana hace vibrar la Plaza, sigue entonces “La Tierra Está Llorando”, “Mirando Mis Pasos” y “Lady Moon”, tema que había aparecido ya en un EP grabado por la banda durante el 2007 y que fue reversionado para incluirse como power ballad del nuevo álbum. El tema llegó a cientos de personas en aquella emblemática presentación de Shamanes en los 20 años de Rockotitlán teniendo como escenario el Zócalo de la Ciudad de México.
El ocaso del show trae consigo a Sergio Aguilar que interpreta “Hora Cero” y Extinción”.  No es la primera vez que Shamanes pisa el mismo escenario que él. Caen como ráfaga recuerdos de los shows compartidos con Ágora y aquella presentación del 2011 junto a Maligno y Rata Blanca. El sube y baja de acordes llega a su recta final cuando Daniel Villareal toma el bajo y “Tibia Noche” es acompañada por la lluvia . El último en desfilar sobre la tarima es Tonio Ruíz de Coda/QBO, mano que masterizó “De Vida o Muerte” y que se encarga de tocar el solo de “Lento y Sin Freno”, primer sencillo del álbum.
Otros nombres como Yolanda Bear, Orlando Cardona, Alex Castillo, J.C. Guiza, Poncho Herrera, Alex Puente, Ana y Beto Báez han abierto el camino para concretar el sueño de Shamanes. Está por cerrarse un capítulo más que servirá como catapulta para muchos más que están por escribirse.
David empuña el micrófono mientras su garganta lanza los versos de “Morir Es Posible”. Un árbol sediento, extendiendo raíces, buscando respuestas. Se integran Riko ocampo en la guitarra y Alex Villaseñor en los teclado para que Shamanes siga el camino de la indagación, de la introspección y la exploración que le dará sentido a sus próximos pasos.