martes, 21 de abril de 2015

LaguNotas Mentales: ¿Ahorcado o fusilado?

 
 
 
 
Mi cuerpo horizontal, totalmente inmóvil. No sé quién soy, ni me importa. Sepa qué día es… de la hora mejor ni me pregunten. Los ojos lagañosos empiezan a moverse perezosamente mientras abandono las profundidades del sueño REM para pasar al sueño ligero y de ahí dar el brinco al sabroso adormilamiento. La agenda mental empieza a funcionar lentamente: Hoy hay que hacer tal y tal y tal, ver a fulanito, pagarle a sutanito, no contestarle el celular a perenganito. Los párpados se abren como persianas, lerdos… pausados. Me estiro, me truena todo y viene la lluvia de encrucijadas: ¿Café y chilaquiles o cereal con leche? / ¿Pijama un rato más o me baño en friega? / ¿El Mañanero con Brozo o Primero Noticias con Loret? / ¿Neta me levanto o de plano me hago pato hasta las 12?
Y así, la vida entera está llena de decisiones que hay que tomar obligatoriamente.. Hay A o B, si nos va bien a veces también tenemos C o D. La onda es que siempre hay que elegir y entre más rápido mejor. Naturalmente algunas de las elecciones que se nos ponen de frente son más importantes que otras.
Hoy me desperté con la noticia del torneo de golf que el colectivo “Vida Sobre Ruedas” organizó en los baches que hay en la capital potosina. Moraleja: Si ya se la sándwich mejor no la haga de tos, tómelo por el lado amable. Había de dos sopas, seguir haciendo rabietas por el bacherío o relajarse y echar golfito. Pues mejor la segunda. El problema no es problema, el problema es cómo reaccionamos ante el problema… ¿no? Yo solito me entiendo, pero la idea es esa. Lo que ves es lo que hay, las quejas y los lloriqueos no solucionan nada. Un poquito pesimista, un muchito realista.
Y bueno, en cuestión de las elecciones venideras en nuestro estado creo deberíamos aplicar la misma. No suelo opinar sobre temas de política por dos poderosas razones: Uno, no soy especialista en el tema. Dos, me vale madre. Pero es inevitable emitir un punto de vista ante el bombardeo mediático al que estamos siendo sometidos con la finalidad de que todos votemos.
Siempre he considerado la democracia mexicana como un chiste de muy mal gusto. Que el pueblo tiene el poder de decidir cuál de los candidatos se queda con el hueso es cierto, que más vale informarse y hacer efectivo nuestro voto antes que anularlo también lo es. Pero de qué sirve tener ese “poderío” en nuestras manos cuando cualquiera de las opciones nos encamina al matadero.
¿Prefiere morir lento o rapidito? ¿Tiro en la cabeza, silla eléctrica o cámara de gas? Ánimo mi querido ciudadano, usted tiene el poder de elegir.
Surge entonces la alternativa de las candidaturas ciudadanas y todo se convierte en un circo. El Payaso Lagrimita por la alcaldía de Guadalajara, Cuauhtémoc Blanco por la de Cuernavaca, Quico “Cachetes de Marrana Flaca” Villagrán amenaza por lanzarse en Querétaro. Evidentemente ninguno de estos candidatos ciudadanos tiene la más mínima posibilidad de éxito. El INE reparte el 70% de los tiempos aire de las campañas políticas a los partidos establecidos. Tan sólo el 30% restante está disponible para estos pintorescos personajes que empuñan la ilusa bandera del poder ciudadano. Viendo la estadística desde otro ángulo, el candidato ciudadano (en caso de ser el único en la contienda electoral) cuenta con tan sólo 2 anuncios contra 98 espacios para los partidos políticos establecidos.
En pocas palabras el candidato ciudadano es un bufón con el pastel de crema embarrado en la cara antes de que se abra el telón, salen del vestidor a jugar con marcador de 5-0 en contra y por más carisma que tengan la realidad es que están bien fritos.
Por otro lado, tengo que aceptar que ver a un payaso y un futbolista en la lucha electoral me pone de buenas. Y entonces, igual que los golfistas del asfalto, mejor reír que llorar. Me pongo cómodo en la sala y con unas palomitas acompañadas de un buen chesco atascado de hielitos me chuto el carnaval, sale bye.

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