miércoles, 12 de agosto de 2015

LaguNotas Mentales: No todos los artistas famosos, ni todos los famosos son artistas.


¿Quién sabe realmente qué es el arte? ¿En qué radica la importancia de una obra artística? ¿Quién demonios le metió la cabeza a la gente de este país que el arte es exclusivo de las clases con solvencia económica?  Imposible lanzar al aire respuestas a estas preguntas con las cuáles todos quedemos satisfechos y de acuerdo.
Abrir el debate sobre qué es para cada uno de nosotros el arte sería desatar un huracán de opiniones, (algunas interesantes, otras no tanto) que nos tomaría todo el tiempo del mundo y, seguramente, al final, si es que en algún momento terminamos, estaríamos igual o más confundidos.
Naturalmente existen algunas definiciones en común sobre qué es el arte. Algunos dirán que es la expresión de ideas, sentimientos, emociones. Otros pondrán sobre la mesa el concepto de la estética y la belleza. Y entonces empoderados con alcance de las redes sociales desatamos una cacería de brujas despotricando contra todo. Están ahí los que creen que todo el jazz es bueno y todo el pop es malo, por ejemplo. O los jalados de los pelos que graffittean su apodo en las paredes y se cuelgan el milagrito del arte urbano.
Yo encuentro placer en todo lo que en cualquier momento puede desaparecer o terminar. La música arranca y se encarrila, sin que nadie la detenga, a un inevitable final y más me vale disfrutarla mientras dure. Lo mismo pasa con una pintura, el temor de que sea robada, o que al colgarla en mi pared una filtración de humedad acabe con ella me hace apreciarla y valorarla. Yo devoro todo lo que sea placentero y fugaz. No me importa si es arte o no, me importa que hoy está ahí, mañana quién sabe.
Por favor abramos los ojos y nos demos cuenta de que estamos en un malentendido total. Que de una vez por todas entendamos que el problema no está en ser o no ser artista, el problema está en no asumirnos como lo que verdaderamente somos, el error está en la falta de honestidad. No hay nada de malo en ser una máquina de hits musicales que pasarán al olvido, ni hay nada de malo en ser un simple atractivo visual con senos de silicón que llena palenques. Lo malo está en no ser honestos y colgarnos medallas que simplemente no nos pertenecen.
Nadie tiene la verdad absoluta de nada, son ángulos desde los que cada quién ve las cosas y nada más. No soy nadie para pretender encontrar el hilo negro de nada, simplemente aprovecho  el espacio de la cuartilla y media que Kriptón me regala para manifestar un punto de vista personal. Podré no saber qué demonios es el arte, pero de una cosa si estoy seguro: Sé perfectamente qué NO es el arte y no tengo ningún empacho en sentarme a disfrutar una película de terror de Hollywood. Mientras tanto seguiremos jalándonos las greñas eternamente por una simple y sencilla razón, no hemos entendido la diferencia entre ARTE y simple ENTRETENIMIENTO.
 

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